miércoles, 17 de junio de 2009
LA MEDICINA COMO CIENCIA
Podríamos decir con él que la Medicina es una Ciencia que cumple los criterios de objetividad, generalidad, método y certeza de otras ciencias, constituyendo sus saberes la suma de conocimientos necesarios para la prevención y curación del hombre enfermo.
Si queremos aquilatar aún más esta definición, la Medicina es una Ciencia que estudia la enfermedad y el “enfermar” de cualquier individuo.
El “enfermar” supone, efectivamente, aplicarle a la enfermedad un carácter activo, dinámico. Esto implica llegar al primer concepto básico de que la enfermedad no es algo pasivo, sobrepuesto a la naturaleza enferma, sino algo que “se hace”. Significa alcanzar el convencimiento de que la enfermedad es proceso, es reacción y, por ello, inseparable del organismo que enferma. Que no existen enfermedades sino enfermos, ni enfermedad sin enfermo, es precisamente aceptar que el enfermo hace su propia enfermedad.
CONCEPTO DE ENFERMEDAD
Dentro de la Patología General habrán de incluirse, por una parte, los conceptos generales de la enfermedad o Nosonomía, la Etiología o estudio de la causa que determina la aparición de la enfermedad, la Fisiopatología o estudio de los mecanismos patogénicos que determinan la producción de la lesión, la Semiología, que estudia las manifestaciones o señales que nos alertan sobre la existencia de la enfermedad y, finalmente, la Propedeútica Clínica, que se ocupa de la interpretación de esas señales, los signos y los síntomas, estudiando además, teórica y prácticamente, los medios y métodos de recogerlos o, lo que es lo mismo, la exploración clínica e instrumental.
En primer lugar, hemos de referirnos al Concepto General de Enfermedad. Podríamos definir la enfermedad como un estado de pérdida de salud o desviación de la normalidad. Esto implica la necesidad previa de establecer en qué consiste la normalidad, definir el estado de salud; lo que, evidentemente, no resulta tarea fácil puesto que la salud puede contemplarse a partir de muy variados criterios y, de cada definición de salud, derivará, naturalmente, un concepto correlativo del estado de enfermedad.
CONCEPTO DE SALUD
En relación con el concepto de salud es necesario tener en cuenta dos nociones previas importantes:
La primera de ellas es que resulta muy problemático establecer el criterio de normalidad absoluta o salud perfecta, en función de su difícil medición y, consecuentemente, de su difícil definición. Por ello, es necesario establecer otro concepto de normalidad relativa o buena salud, cuyo grado es posible evidenciar según se acerque más o menos a la normalidad absoluta.
La segunda noción que debemos recordar es la posibilidad de poder considerar válida, en cierto modo, la frase de Grote: “Cada individuo tiene su normalidad” y, en este sentido, existe normalidad cuando el hombre se corresponde a sí mismo.
Así pues, el concepto de salud podría considerarse desde un criterio puramente subjetivo que sólo puede medir el propio sujeto. La salud consistiría en una sensación genérica de bienestar. Pero es obvio que, si bien esta sensación genérica de bienestar ha de formar parte del estado de buena salud, no es menos cierto que, a veces, coexisten lesiones orgánicas demostrables, incluso muy graves, sin que en este caso podamos, lógicamente, admitir la normalidad.
De otra parte, el criterio puramente clínico, basado en la ausencia de signos patológicos, resultará igualmente inaceptable; ya que determinados estados patológicos sólo podrían ser puestos de manifiesto recurriendo a las pruebas funcionales. Mediante éstas obtendríamos otro criterio para la determinación de la normalidad,, que quizás sea más satisfactorio que los anteriores, basado en el rendimiento fisiológico con el que intentamos ver si el individuo entra dentro de la “norma funcional” establecida, tras mediciones estadísticas o deducciones fisiológicas experimentales.
Además de estos criterios, para considerar a un individuo sano, es necesario también que observe una conducta normal. Si bien, hay que atenerse a un criterio amplio, ya que el concepto de normalidad psíquica varía a lo largo de las épocas y es difícil de precisar.
Así pues, ninguno de estos criterios aislados es capaz, por sí solo, de completar el concepto de salud. Por ello, las orientaciones de la Patología General nos hacen adoptar un criterio rotatorio o circular de la salud, considerando que la unidad biológica total (unidad psíquico-física) está compuesta por un conjunto de estratos biológicos, cuyo perfecto engranaje origina la normalidad.
Esquemáticamente, estos ciclos serían de índole morfológica, bioquímica, funcional y psicógena.
Tras revisar estos conceptos de salud, podemos afirmar que la enfermedad se explicaría por la perturbación de uno de estos ciclos biológicos que constituyen la totalidad vital, origen de la afectación de los demás. En consecuencia, se llegaría a definir la enfermedad como el conjunto de todos aquellos trastornos que afectan a la unidad psicofísica del hombre y que serían consecuencia de la afectación de alguno de los estratos biológicos, pudiendo ser o no objetivable.
La persona, por otra parte, interpreta la enfermedad como algo propio, que le afecta, y ante la que toma una actitud. De ahí, que la inteligencia y la libertad del ser humano influyan en sus manifestaciones sintomáticas. Además, al ser un cambio vital en el sujeto que la padece, hace que no existan enfermedades orgánicas y psíquicas, sino que siempre haya participación de ambas.
LA ESPECIALIZACIÓN
La Especialidad es un fenómeno general de la Ciencia que va surgiendo a medida que el caudal de conocimientos aumenta. Cuando esto ocurre, ni siquiera los genios pueden dominarlo todo y se impone una articulación del saber. Bien es verdad que esto surge, generalmente, por imperativo técnico, pues para el progreso de cada parcela científica se requiere el dominio de determinados medios técnicos que presuponen una especialización. La Ciencia no se fragmenta en Especialidades, pero sus medios técnicos la obligan a ello.
Es en el siglo XIX cuando adquiere este fenómeno carta de naturaleza y cuando se produce la brillante eclosión del progreso científico, gracias a la especialización. Pero aquello tenía un precio e iba a surgir una pléyade de científicos, sin par hasta entonces: aquellos hombres que Ortega calificaba de “sabios ignorantes”, hombres particularmente sabios en una pequeñísima parcela del universo y totalmente ignorantes de lo demás y que, además, podían tener como actitud válida el desentenderse de todo lo que escapaba a su minúscula parcela.
La Medicina también ha sufrido y experimentado el proceso de la especialización y es fiel indicador del progreso científico, pues de todas las ciencias toma conocimientos y a todas aporta. Pero en ella la especialización tiene matices peculiares, pues no cabe una simple compartimentalización, ya que su objeto, el hombre sano o enfermo, no se puede desarticular. El hombre enferma como un todo. Los grandes fenómenos fisiopatológicos: la inflamación, el mecanismo del dolor, la acción farmacológica de las drogas, etc. son iguales en todos los ámbitos.
Las repercusiones de las partes sobre el todo son la regla. Por tanto, no cabe aplicar en Medicina el concepto simple de fragmentación o parcelación. El especialista médico ha de poseer primero un conocimiento básico en Medicina, que conozca y comprenda el todo humano. Después, al no poder dominar toda la praxis tecnológica, se polarizará en un campo concreto según sus aficiones y aptitudes. Por ello la especialización en Medicina es, en su origen, básicamente tecnológica y, por ende, los límites entre las Especialidades no son rígidos, sino por el contrario muy elásticos y siempre marcados por el progreso tecnológico.
EXPANSIÓN Y VISIÓN DE CONJUNTO
La Medicina nace por la preocupación del hombre por comprender la enfermedad. Desde la etapa mágico-religiosa hasta llegar a la situación actual, ha debido producirse una evolución paralela en todas las Ciencias relacionadas con la interacción del hombre con la realidad externa y con el hombre mismo, hasta llegar a los momentos actuales, difíciles y delicados por la excesiva especialización y la atomización del saber científico. El destinatario de la Medicina ya no es solamente el hombre enfermo entendido como individualidad, sino formando parte de un colectivo o comunidad de ciudadanos (Sociología de la Ciencia).
El conocimiento científico es, por otro lado, fruto de la metodología científica junto con el proceso científico generador de nuevas ideas y conocimientos. El gran avance de las Ciencias hace que, en el método experimental, base de la metodología científica, se combinen planteamientos inductivos (Ciencias Fácticas) y planteamientos deductivos (Ciencias Formales).
La atomización actual del saber y la superespecialización se enfrentan con el antiguo ideal del hombre de la unidad del saber. La superespecialización está sin embargo en pleno auge y, de manera clara, nos muestra día a día los aspectos positivos. Las nuevas doctrinas pedagógicas, al fomentar la enseñanza integrada, están potenciando el desarrollo de las especialidades médicas.
Por todo ello, podemos decir que la Medicina es:
Ciencia dentro del conjunto de las ciencias, pues participa, en parcelas más o menos grandes, de otras ciencias.
Ciencia Fáctica, puesto que su método científico es el método experimental en el que se emplean indistintamente planteamientos inductivos y deductivos, por lo que en la actual metodología científica es imposible marginar cualquiera de las dos metodologías.
Ciencia Tecnológica. Esta terminología parece que termina con la división entre las ciencias puras y las ciencias aplicadas, puesto que el destinatario de ambas es el hombre enfermo y ambas se estimulan recíprocamente.
Ciencia Psicológica. El hombre además de soma es espíritu y, por lo tanto, en la relación médico-enfermo son importantes:
a) Comprensión, sentido común, imaginación, etc.
b) Poseer destrezas y habilidades en grado más o menos importante de acuerdo con la Especialidad practicada.
Por todo ello, también se le ha considerado a la Medicina como un Arte.
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miércoles, 27 de mayo de 2009
RECURSOS FINANCIEROS Y HUMANOS NECESARIOS
Es muy importante este punto, ya que si no se cuenta con el suficiente apoyo económico no se podrá llevar a cabo dicha investigación.
Recursos humanos necesarios: En este apartado se especifica qué personas (técnicos de laboratorio, encuestadores, enfermeras, secretarias, profesionistas u otras) van a realizar ciertas actividades en el estudio, e incluye datos que permiten evidenciar la información que las capacita para generar, recabar, procesar y analizar la información requerida.
lunes, 18 de mayo de 2009
EVOLUCIÓN DE LA MEDICINA

Quizás sea así como queda configurada la más larga etapa de la Historia de la Medicina, de la que no disponemos de información escrita porque aún no se había inventado la escritura. Durante ella, como afirma Lopez Piñero (1973), la Medicina representa una forma de conocimiento que, junto al intento de dar solución física a los grandes retos antes anotados, recurre a elementos mágico-religiosos, para conseguir explicar lo que resultaba incomprensible a la mente de aquellos humanos; satisfaciendo, al mismo tiempo y en muchos casos, una necesidad espiritual. De esta manera y, como indica el citado autor, es como se llega a fechas de 3.000 a 2.000 años a. C., en las que el Código de Hammurabi y el Papiro de Edwin nos hablan de problemas quirúrgicos, diagnósticos, pronósticos y terapéuticos, es decir, de una Medicina totalmente actualizada según el patrón que de ella tenemos en el momento presente.
En contraste con este concepto mágico-religioso de la Enfermedad y de la Medicina, la gran aportación de la Grecia Clásica al patrón de la Medicina Científica Occidental que poseemos fue que los temas médicos se comienzan a esbozar con un criterio pragmático. En este momento es cuando la Medicina surge como un ente que toma tres direcciones fundamentales:
La Morfológica, representada por la Anatomía descriptiva, la gran contribución de la Medicina Helenística.
La Funcional que, encuadrada en un concepto dinámico de la Anatomía, según Laín Entralgo (1982), se corresponde con la Fisiología, Psicología y Sociología.
La Patológica donde ya no hay vestigio alguno de la antigua mentalidad mágica y el Empirismo es sustituido por una actitud racional. La enfermedad es, a partir de este momento, consecuencia de desequilibrios entre agentes externos o internos de distinta naturaleza, pero no divinos.
La evolución de la Ciencia Médica apenas se modifica a partir de este período, ni tampoco durante el largo lapsus de tiempo que abarca la Edad Media, ya que, durante ella y de forma básica, lo acontecido en esta parcela del saber se reduce a una acomodación de la tradición griega a las tres culturas que durante este período se suceden en Europa: La Bizantina, la Islámica y la de la Europa Occidental.
Llegamos así en este recorrido a grandes saltos por la Historia de la Humanidad al siglo XV que, con el Renacimiento, hace surgir la etapa de esplendor en el saber científico y en la Medicina. En este momento la Medicina se ensancha en las tres direcciones básicas antes anotadas y heredadas de la cultura griega: la Anatomía, la Fisiología y la Patología.
La Anatomía crece, en gran manera gracias a la introducción de la práctica de la disección de cadáveres, hacia el siglo XVI, teniendo como figura central a Andrés Vesalio, quien en 1553 publica su “De Humani Corporis Fabrica”, dando expresión a dos principios fundamentales de la investigación anatómica: mantener una visión casi siempre unitaria de la descripción anatómica e incorporar la iconografía a esta investigación.
La Fisiología, cuya figura no se puede deslindar aún de la del anatómico, puesto que ambos saberes son practicados por las mismas personas en casi todos los casos, tiene su punto de partida en la obra de Willians Harvey, con el descubrimiento de la circulación mayor.
La Patología se desarrolla mediante la práctica de autopsias con intención anatomopatológica. La obra de Paracelso formula una visión dinámica del cuerpo humano y de sus enfermedades y el concepto de especie morbosa es formulado por Thomas Sydenhan. Contribuyen al inicio de la base metodológica de la Nosología moderna o, lo que es lo mismo, a una tipificación de las enfermedades obtenida por inducción a partir de la experiencia clínica.
En los tres siglos siguientes, primero con la Escuela de Padua y sucesores de Vesalio, y posteriormente con la contribución de países como Inglaterra, Francia y Dinamarca, que fueron grandes potencias en la investigación anatómica, se puede decir que el conocimiento del cuerpo humano queda casi totalmente perfilado en su aspecto macroscópico y está iniciado en el microscópico, con el advenimiento de este nuevo proceder de estudio que aparece alrededor de 1610.
También la Fisiología y la Patología se renuevan. La primera, ya de forma pragmática o imaginativa, intenta concebir la actividad del cuerpo humano como un modelo mecánico, mientras que la segunda, basándose en los mismos principios, es por tanto fundamentalmente mecanicista.
Hemos analizado, a vista de pájaro, los grandes derroteros por donde discurre el avance científico de la Medicina, para situarnos con rapidez en el siglo XIX al que corresponde el momento del despliegue de la Medicina Contemporánea.
En este siglo XIX, siguiendo los tres canales esenciales, ya expuestos, por donde discurre la Ciencia Médica, se trazan las líneas básicas que servirán a su progreso y nos explican la multiplicidad de sus respectivos conocimientos que acontecen de forma casi fulminante. Hay que destacar la aparición de la noción de tejido (Bichat) y la concepción celular del organismo (Virchow). En clave clínica, según Laín Entralgo (1982), son tres las mentalidades que se distinguen:
La anatomoclínica, que basa todo su saber en la lesión anatomopatológica.
La fisiopatológica que, con la escuela alemana al frente, aspira a reducir la enfermedad a un proceso de tipo físico o químico.
La etiopatogénica que se forma en torno a la Bacteriología y a la doctrina del origen microbiano de la enfermedad.
Pero, si importante ha sido para la Medicina, en su dimensión científica, el siglo XIX, también lo fue en la metodología de su estructuración y esto es lo que a nosotros más nos interesa en este momento, porque lo que perseguimos es encontrar el concepto científico de la Neurocirugía.
La especialización, fruto de la cual surge la Neurocirugía como área circunscrita del saber humano, es consecuencia, en su dimensión científica, de dos tipos de procesos que recoge García Ballester (1978) y anteriormente fueron expresados por Rosen (1944): acercamiento y segmentación. Con el primero, o de acercamiento, se actuaría como consecuencia de la acumulación de saber sobre un determinado tema, que llega a ser de tal magnitud que resulta imposible su dominio integral por una misma persona. En virtud del segundo, o de segmentación, a la inversa del anterior, se constituye un nuevo campo de actividad científica por el cultivo de una parcela de esta Ciencia que se encuentra entre otras dos.
Para el que esté habituado al microscopio quirúrgico, podríamos hacer el símil del proceso de zoom y enfoque: acerca y segmenta el campo, haciendo desaparecer parte de él, pero dándonos la única oportunidad de poder dominar con la visión esa zona de interés.
VALIDACION
Este paso se lleva a cabo cuando se observa la evolución del enfermo y se realiza un protocolo adecuado y planificado de investigaciones.
Estas técnicas paraclínicas son también interpretadas por seres humanos que al igual que el médico asistencial, analizan resultados, observan imágenes, estudian tejidos o interpretan lesiones internas en las distintas técnicas establecidas (Endoscopias) y están sometidos a los mismos problemas de la vida cotidiana, por lo que también pueden equivocarse.
La Revolución científico técnica que se llevó a cabo en la segunda mitad del siglo XX, lo que cambió fue la tecnología, no la clínica. De las pocas investigaciones que se realizaban en las primeras décadas del siglo XX, hoy se cuenta con infinidad de ellas que pueden ayudar a comprobar una hipótesis .
Si los médicos actúan solo basados en los avances tecnológicos, estarán echando por la borda la ciencia clínica desarrollada a lo largo de siglos de cuidadosa observación.
FORMULACION DE HIPOTESIS Y VARIABLES
Las hipótesis se estructuran con tres elementos:
1. Unidades de observación o de análisis: Que pueden ser las personas, los grupos las comunidades, las instituciones u otros.
2. Variables: Son los atributos, las características, cualidades o propiedades que se presentan en las unidades de observación. Existen dos tipos: Variable independiente ( causa) y Variable dependiente ( efecto).
3. Término de relación ó enlace lógico: que permite la relación entre las unidades de análisis y las variables.
La hipótesis en la ciencia médica es el aproximarse hacia una ciencia exacta de ser modificada con los elementos de la experiencia médica, los conocimientos y la contrastación.
El método clínico es un gran avance. Y nada hace pensar que este método estadístico vaya a abandonarse o cambiarse por otro más potente. Pero, ¿es esto suficiente? ¿Nos aproximamos así hacia una ciencia exacta? La respuesta debe ser sí, con condiciones.
Hipótesis y número de variables:
Hipótesis de 3 variables: La hipótesis en la ciencia médica es el aproximarse hacia una ciencia exacta de ser modificada con los elementos de la experiencia médica, los conocimientos y la contrastación.
MARCO TEORICO
Todos sabemos que la Ciencia Médica no es una ciencia tan exacta como nos gustaría. Suponemos que es propio de una ciencia que a iguales causas, en el mismo medio, se obtenga siempre resultados iguales. Pero en Medicina no es infrecuente que con un mismo tratamiento no siempre consigamos los mismos resultados, lo que es, desde luego, muy desalentador para el médico y a veces muy lamentable para el paciente.
Se dice con razón que esta diferencia entre la Medicina y las llamadas Ciencias Exactas se debe a que el fenómeno biológico consta de numerosas variables difíciles de identificar y muchas veces más difíciles de controlar. Identificar estas variables y hacerlas más controlables resulta pues, un objetivo primordial. Hacia esto apunta la Medicina Basada en la Evidencia, el uso de la robótica en la práctica quirúrgica o la utilización generosa de medios o procedimientos propios de las matemáticas, como el análisis estadístico, para procesar la información que se genera.
Se puede obtener información de muchas maneras. En la práctica clínica un cirujano conoce las características, digamos, de una fractura de cadera producida en su paciente y puede predecir con alta probabilidad de acertar cual será el resultado cuando aplique un determinado tratamiento, por ejemplo una operación. Esta información recogida en cada caso lo transforma al poco tiempo en un experto. Pero se trata de una información que aunque sea muy fiable está siempre reducida a unos casos muy particulares. Se espera que seamos capaces además de obtener una información en grandes poblaciones de pacientes, de su entorno, de los procedimientos terapéuticos empleados y de los resultados obtenidos. Y esta información así recogida tiene mucho que ver con la epidemiología, que emplea potentes herramientas estadísticas. Pero la epidemiología es parte de la sociología, como lo es la economía, y entonces de la información así obtenida se extraen conclusiones que van más allá de la práctica clínica. Se trata pues de una información general y extensa, en contraposición a la información particular y restringida conseguida en el día a día de cada médico clínico.
Esto es pues un gran avance. Y nada hace pensar que este método estadístico vaya a abandonarse o cambiarse por otro más potente. Pero, ¿ es esto suficiente?. ¿ Nos aproximamos así hacia una ciencia exacta ?. La respuesta debe ser sí, con condiciones.
La mayoría de la información procesada estadísticamente se refiere a hechos ya ocurridos con anterioridad, lo cual es obvio. Por lo mismo no nos sirve para predecir futuros tratamientos o analizar fenómenos presentes que todavía no han alcanzado el número de sucesos necesarios o exigibles para el análisis.
Este problema está presente también en otras ciencias. El análisis retrospectivo nos sirve para saber la calidad de lo que hemos hecho. Le corresponde al investigador analizar estos resultados y proponer nuevas vías de investigación, si es necesario. Y esto es mucho más difícil. Es aquí cuando entra en funciones el pensamiento creativo, intuitivo en ocasiones, ( una escuela de la matemáticas moderna se reconoce como intuitiva en aposición a la escuela formalista) que ha caracterizado siempre a los grandes pensadores de la Ciencia. No todo pues en el conocimiento se deriva exclusivamente de los números que nos provee la información. Hay un proceso mental reflexivo, crítico y al mismo tiempo audaz que nos propone vías inexploradas, enfoques diferentes pero que resultan necesarios para resolver problemas no resueltos. En definitiva, una manera cierta de progresar, cualquiera sea la meta que nos hayamos propuesto.
La información seguirá siendo la base sobre la que se sustente nuestro conocimiento. Pero no olvidaremos la potente capacidad reflexiva e imaginativa del ser humano, aún con muy poca información, y nunca deberá ser desdeñada. La Tribuna del Ortonauta se crea como un espacio para volcar estas reflexiones, estos razonamientos, estas ideas imaginativas o este pensamiento crítico sin el cual es imposible todo progreso científico.
http://ortopedia.rediris.es/tribuna/art1.htm
La vulnerabilidad del método clínico
A diario, cada persona produce una serie de pensamientos a partir de sus relaciones con la realidad objetiva; este tipo de pensamiento cotidiano es sencillo, natural y espontáneo: es el llamado sentido común.
El pensamiento científico permite comprender más profundamente la realidad objetiva: es sistemático, metódico y se ajusta a ciertos principios porque posee métodos que penetran en la esencia de los fenómenos y puede detectar como falsas premisas, lo que el sentido común daría como ciertas. También hace posible precisar cuando los fenómenos coinciden y cuando existe relación de causa efecto. Gracias a él se producen juicios valederos y objetivos cuyo resultado es un conocimiento sistemático y fundamentado, que se llama ciencia.
El método científico como medio de conocer la verdad, surgió con las ciencias al paso de los siglos. Las disciplinas científicas que tienen relación directa con el estudio del hombre, se ven en la necesidad de usar este procedimiento.
La clínica se refiere al estudio de los enfermos, no de las enfermedades. Éstas son abstracciones conceptuales derivadas de la observación de muchos pacientes en los que se descubren regularidades y similitudes en el orden semiológico, clínico, evolutivo y de pronóstico, que permiten conocer e identificar un proceso patológico que es el mismo para cada enfermo.
El concepto de enfermedad o entidad nosológica se consolidó definitivamente con el progreso de la Anatomía patológica, lo que permitió identificar con mayor certeza las lesiones que se producían sobre los distintos órganos y tejidos afectados.
En muchas enfermedades se conocen las causas; también los avances de la terapéutica han permitido determinar nuevas regularidades en la respuesta a los medicamentos.1 Por tanto, el estudio de los enfermos permite hacer estas generalizaciones de carácter teórico, que hoy forman parte del cuerpo de conocimientos de la Semiología, la Patología y la Clínica.
Al tiempo que se identificaban estas regularidades que permitían asegurar que varios enfermos tenían una misma enfermedad, los médicos observaban que, incluso, se comportaban con una expresión diferente, por lo que comenzaron a describirse las formas clínicas. Es por eso que la expresión clínica y evolutiva es diferente para cada enfermo, aún teniendo la misma afección, y se trata en cada caso, de una nueva experiencia de la naturaleza.
De estas consideraciones y de esta contradicción dialéctica; de lo que es similar, pero a la vez distinto, surgió la idea de que no existen enfermedades sino enfermos, lo que constituye una de las premisas fundamentales del método clínico(MC). En el plan temático del programa de los problemas sociales de la ciencia y la tecnología", en su aspecto : epistemología, se refiere que: en el proceso de la investigación científica hay formas y métodos y debe existir correlación de lo empírico con lo teórico.Al seguir estos aspectos se define que un método es la manera de abordar la realidad, de estudiar cualquier fenómeno; un modo, un recurso que utiliza el hombre orientado a la obtención de un propósito y a la asimilación del conocimiento de un determinado objeto así como también de un procedimiento para tratar un problema o un conjunto de ellos.
Los métodos facilitan la búsqueda de un "camino" no errático con un plan preestablecido y con reglas determinadas y aptas para conducir hacia el fin propuesto.3
Al método le es inherente un sistema de reglas (metódica) y su característica esencial es que está dirigido a un objetivo, e incluye:a)-La función de servir como medio.b)-Su carácter final.
En cualquier búsqueda del conocimiento, el hombre alcanza sus objetivos por medio de acciones u operaciones sistemáticas, nunca a través de una sola regla, sino de una serie de ellas. En este sentido, ese carácter sistemático, gradual y escalonado hacia un objetivo específico lo hace sinónimo de planificación.
Un aspecto muy importante es la contraposición en el sentido lógico al pensamiento espontáneo e instintivo, y esto ya lo emparenta con el pensamiento científico; entonces se podrán establecer estos principios para la atención adecuada de los problemas de un enfermo y utilizar una manera inteligente de abordarlos y darles solución.
Si a la variabilidad genética y ambiental se unen: los diferentes modos de actuar de un mismo agente etiológico, las asociaciones en un paciente de más de un proceso patológico, el estado de inmunidad natural en un momento dado, así como la respuesta física y psíquica a la misma entidad, se comprenderá que al enfrentar a un enfermo siempre se estará ante una nueva situación o problema que no se había visto previamente. Al final, el diagnóstico será casi siempre el de entidades nosológicas conocidas; pero para alcanzarlo se requieren: dedicación, capacidad de observación, juicio clínico certero, habilidad para analizar situaciones nuevas, creatividad y audacia en las conjeturas, además de la prudencia y rigor al establecer conclusiones. Se trata de la evaluación integral del paciente y de decisiones que tienen que ver con algo tan preciado como la salud y aún con la propia vida.
Cada enfermo entonces, es una nueva situación y debe ser investigado con el método de la ciencia.El MC es el método científico aplicado al trabajo con los pacientes y sus etapas serán las mismas atendiendo a las peculiaridades de cada nueva situación patológica encontrada.
http://www.monografias.com/trabajos13/vulner/vulner.shtml